¿Cuál es el futuro de la calefacción?

La nueva Directiva de Eficiencia Energética NO prohibirá las calderas y destaca que jugarán un papel clave en la transición energética hacia la implantación de fuentes 100% renovables como el hidrógeno verde

  • En la Comunidad de Madrid, el coste individual de sustitución de las calderas de gas por bombas de calor equivaldría al 90% de la renta media media anual de una persona.
  • La compañía recuerda que la nueva Directiva de Eficiencia Energética no prohibirá las calderas y destaca que jugarán un papel clave en la transición energética hacia la implantación de fuentes 100% renovables como el hidrógeno verde.
  • La reducción de emisiones basada sólo en la electrificación impediría el desarrollo de una industria eficiente en torno los gases verdes como el biometano y el hidrógeno y alejaría el acceso a soluciones eficientes a buena parte de la población por su elevado coste.

Las medidas de Bruselas para lograr el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030 han generado controversias en torno al papel que en la descarbonización de la economía jugarán las soluciones basadas en el uso de gases renovables. Así ha sucedido con la reciente aprobación de la Directiva refundida de Eficiencia Energética (UE) 2023/1791, cuyo texto se ha interpretado como el preludio de una prohibición de las calderas de gas en todos los domicilios para 2026, algo erróneo. Madrileña Red de Gas, empresa responsable de la distribución de gas natural en la Comunidad de Madrid, aclara que este texto NO avanza el fin de las calderas y recuerda que el papel de infraestructuras como las que gestiona será imprescindible para avanzar hacia una transición energética que permita el fin de las emisiones contaminantes. En este sentido, descarta que se pueda prescindir de esta tecnología ante el coste de inversión que requiere una instalación tipo basada en bomba de calor: cerca de 18.000€, lo que equivale al 90% de la renta media anual de un ciudadano de la región.

En estos momentos, existen en la Comunidad de Madrid 1,8 millones de equipos que emplean gas natural en el ámbito residencial. Su sustitución por sistemas de bomba de calor representaría un gasto cercano a los 32.500 millones de euros para los usuarios, algo inasumible no sólo a corto, sino también a medio y largo plazo.

 

Transición hacia el hidrógeno verde

En primer lugar, desde el gas natural es posible evolucionar, de forma económica, realista y eficiente, hacia el uso de fuentes de energía totalmente renovables como el hidrógeno verde. En el camino hasta la llegada generalizada del hidrógeno a los hogares españoles, el biometano ya se ha convertido en una energía de transición renovable que no requiere la transformación del parque instalado de calderas de condensación. De hecho, éstas pueden funcionar con biometano, que no genera emisiones de CO2, e incluso están preparadas para utilizar hasta un 20% de hidrógeno verde, cuyo origen es 100% renovable.Asimismo, la distribución de los gases renovables y del hidrógeno verde se pueden realizar a través de la infraestructura gasista ya en servicio, sin que sea necesario hacer inversiones significativas que supongan costes que terminen trasladándose a los consumidores.

En última instancia, todo lo anterior representa, además, una oportunidad para el desarrollo económico tanto de la Comunidad de Madrid como del país en general. En la transición hacia el hidrógeno verde, la producción de biometano deberá incrementarse y, en este terreno, en España aún es necesario instalar y poner en funcionamiento más plantas de producción que permitan responder a una demanda que está en claro crecimiento. “Es un error poner el foco en la tecnología y no en la fuente de energía. Las calderas de condensación son una solución viable y renovable; sólo es necesario potenciar fuentes de transición como el biometano y apostar por el horizonte que representa el hidrógeno. Es imprescindible, por lo tanto, impulsar desde las Administraciones un mix energético que tenga en cuenta estas soluciones”, reclama Pedro Mielgo, presidente de Madrileña Red de Gas. “Además de los beneficios para los individuos y la sociedad en general, estamos ante una oportunidad única para impulsar a España y a la Comunidad de Madrid en la producción de gases renovables. Estamos preparados y en condiciones de repetir casos de éxito como en Francia donde, con un apoyo decidido por parte de la Administración, disponen de cientos de plantas de biometano en funcionamiento”, recuerda.

Gases renovables: una tecnología eficiente, sostenible y viable para los hogares madrileños

Por otra parte, Madrileña Red de Gas estima que una apuesta exclusiva y forzosa por la aerotermia excluirá a millones de madrileños del acceso a sistemas de calefacción sostenibles, y empujará a muchos usuarios a apurar al máximo la vida útil de los equipos existentes basados en energías contaminantes, como el carbón o el gasoil.Aparte del coste de una instalación media, los equipos de aerotermia, de grandes dimensiones, sólo son factibles en viviendas con superficies superiores a los 100 m2, algo que no se da en buena parte de las edificaciones multi-vivienda de la Comunidad de Madrid. Además, existen importantes restricciones para la instalación de elementos en superficies como fachadas o tejados, limitaciones que, sin embargo, no afectan a las redes y calderas de gas.

Las calderas de condensación son una opción versátil que se adapta tanto a cualquier tipología de vivienda como a distintos niveles de renta. El coste de instalación de una unidad de alta eficiencia puede situarse en los 1.500 euros, con la ventaja de que el coste de abatimiento (cuánto hay que invertir por kilo de CO2 reducido) es sólo de 2,40 euros por kilo frente a los 7,50 euros por kilo de las viviendas con bomba de calor.A futuro, las calderas de gas estarán preparadas para una reducción total de las emisiones gracias al empleo del hidrógeno verde. Ya se están desarrollando calderas como las actuales capaces de emplear sólo esta fuente de energía y que, a su vez, pueden funcionar con gas natural o biometano hasta la llegada de suministro de hidrógeno verde.“En torno a la descarbonización hay que aclarar que la electrificación total no garantiza una reducción absoluta de emisiones porque las energías renovables sólo suponen el 45% del mix actual, por lo que generar electricidad aún requiere de fuentes de origen fósil. Además, será necesario incrementar exponencialmente la red de distribución eléctrica para dar servicio a todas las necesidades energéticas de los ciudadanos, sobre todo si se sigue potenciando exclusivamente un parque móvil de esas características”, explica Pedro Mielgo, presidente de Madrileña Red de Gas.

Actualmente, el Sistema de Garantía de Origen de los Gases Renovables permite certificar el origen de dichos gases de manera que un usuario pueda elegir consumirlos. De esta manera, contribuye a la reducción consciente de emisiones de CO2 y a alcanzar, entre todos, la neutralidad de las emisiones en un escenario de descarbonización completo.

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