La sustitución de las calderas actuales por bombas de calor, considerada una opción respetuosa con el medio ambiente, requiere una inversión masiva en infraestructura eléctrica, incluyendo la duplicación de la red de distribución eléctrica existente para satisfacer la demanda proyectada.
Sustituir las calderas de gas por bombas de calor supondría un coste de más de 200.000 millones de Euros el equivalente de DOS VECES el gasto en Sanidad Pública en nuestro país.