El fraude es la manipulación de la pantalla del contador o de su interior de los precintos (incluido el metrológico), el uso de pasos directos la manipulación de cualquier parte de la instalación de gas.
Además de peligroso, es ilegal, está prohibido en la Normativa vigente del sector gasista, y también está previsto y penado en el Código Penal como Delito de Riesgo y Delito de Defraudación en el fluido de gas.
Los fraudes no salen gratis. En los casos que corresponda, la empresa distribuidora procede a calcular el consumo no medido por el contador de gas conforme a la normativa vigente, siendo la comercializadora la encargada de facturar las cantidades correspondientes.
El responsable es el titular del contrato de gas en el momento de la detección de la irregularidad, o el usuario de la vivienda si no se tiene contrato.